Manuscrito
Requiem para Tahínus





Ya sabrá todo escritor la importancia del manu scriptum o manuscrito de una obra literaria. Este viene a convertirse en el depositario de las horas de trabajo investigativo, organización de las ideas, la cronología, la trama y de los personajes para darle sentido a la historia, de modo que esta cumpla con ciertas reglas básicas tales como: la verosimilitud, la calidad literaria y que la idea que estamos proponiendo, aparte de entretener, sea también un medio para fomentar la reflexión, la crítica y por qué no decirlo, el aprendizaje.

El manuscrito viene a ser como el metal ya forjado, la escultura depurada en sus relieves y pormenores, el óleo ya ultimado para ser finalmente exhibido o la organización coherente de sonidos y silencio para dar paso a la composición musical. 

Puede llegar a contar muchas versiones según como el autor vaya introduciendo modificaciones, que a menudo pasan por eliminar palabras o párrafos completos en honor a la síntesis. Se busca siempre evitar las redundancias y por sobre todo dar fluidez a la lectura. En ocasiones el autor decide drásticamente aplicar lo que hoy en día se conoce como “reingeniería”, que en términos simples significa volver a escribir la historia. En este sentido, les comento que “Requiem para Tahínus” ha tenido tres versiones desde que nació en mi imaginario hace ya un lustro y que implicaron el cambio fundamentalmente de sus personajes, los nombres, el contexto en el cual se desenvolvían e incluso el título de la obra.

¿Que si hay en esta novela influencia de algún autor conocido? Por supuesto que sí. Pienso que, sin riesgo de equivocarme, ningún novelista puede decir que su obra no tiene influencia de aquellos maestros, mentores que marcaron a muchas generaciones con su narrativa. En mi caso, Tolkien es uno de mis escritores favoritos, también los es Asimov, Arthur C. Clark, CS Lewis, Margaret Weis – Tracy Hickman entre los más clásicos insertos en el género fantástico.

La etimología de la palabra Manuscrito se refiere a "escrito a mano", claro porque antiguamente se escribía ya fuera con pluma o un bolígrafo. Bueno así fueron mis primeros manuscritos en la década de los ochenta. Hoy en día me valgo de la tecnología para crear mis textos, por ello les comparto una imagen del manuscrito de mi reciente novela: “Requiem para Tahínus” que ya está en proceso de edición con Puerto de Escape, para que en breve tiempo entre en la imprenta.






(Manuscrito de Requiem para Tahínus)










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