Prólogo
Requiem para Tahínus




(Imagen sólo de referencia y es de propiedad de su autor)




Estimados amigos, como ya les había anunciado hace algunos días atrás, iré adelantando pormenores de la edición y posterior lanzamiento de mi novela: "Réquiem para Tahínus" que en Julio de este año se llevará a cabo por la editorial Puerto de Escape.


La novela como tal, ha tenido diferentes definiciones y una de las que más me gusta es aquella que dice que es una: "Obra fabulosa compuesta a partir de las más singulares aventuras de la vida de los hombres."


Precisamente porque describe en gran medida de lo que trata Réquiem para Tahínus. Pero dejemos que sea la misma novela que hable por sí misma y para ello tengo el agrado de compartir con ustedes el prólogo de la misma. Espero que les guste.







Extracto del Diario de Antak el viajero.


Carinto, año primero del diario del viajero, dinastía Geremat.

Heme aquí escribiendo estas líneas en mis pergaminos ya ajados y lívidos y son tantos como estrellas hay en el firmamento y tienen tal cantidad de años, que no son suficientes las generaciones de hombres para acabar de contarlos. Mi mano parece no pertenecerme, porque se mueve ajena a mi voluntad. La tinta se esparce y las palabras fluyen como un caudal que desciende raudo desde las montañas, mas mis trazos adquieren la misma suavidad del rocío que escurre por el pétalo de una flor y mi pulso posee la firmeza de un arquero.

El desafío que supone este simple acto, es el más grande que me ha tocado asumir alguna vez en mi vida. He sido honrado con una de las encomiendas más importantes, ser el cronista de Tahínus. Un oficio que no lo elegí yo, me fue asignado por fuerzas cuyas potestades están por encima de la capacidad de compresión del intelecto humano, las mismas que trazan a su vez los destinos de todas las criaturas del mundo. Después de todo ¿Qué somos sino piezas en un tablero de ajedrez? 

Junto con este título venía además una pesada carga, aunque también el temple necesario para cumplir de buena forma con este rol. Pero no es de mí de quien trata este capítulo en el Orden de las Cosas, mas bien está destinado a los personajes que dieron vida a la historia reescrita de Tahínus, aquellos privilegiados que vieron con sus propios ojos a los Superiores algo que probablemente no se repita jamás.

Pero será el lector quien juzgue si mis aseveraciones son o no correctas, por ello no conviene apresurar las cosas.

Mi nombre es Antak y soy el primogénito del clan Geremat, mi padre, Amnek Geremat es ahora rey de Carinto y yo su heredero. Se me ha encomendado la misión de relatar las hazañas de mis ancestros, es un honor que cualquiera en Carinto quisiera tener y agradezco a los Superiores el llevar a cabo esta tarea.

Fui discípulo de Nekut, el primero en el clan de los Ubim que se volvió peregrino y quien dio origen a la leyenda. Hoy en día las academias de historia envían estudiadores a los rincones más apartados del orbe para armar el rompecabezas que Nekut desentrañó en aquellos años en compañía de sus camaradas.

He tratado de plasmar en estas líneas los hechos tal y como acontecieron y si he omitido algo, elevo mi ruego a los Superiores para que me absuelvan.

La historia que voy a narrarles se desarrolló en los tiempos de mis ancestros, diez generaciones atrás, me la refirió el mismo maestro Nekut antes de partir al “viaje sin retorno” y también el adalid Protarus, actual regente del museo y biblioteca de las Artes e Historia humanas.

Nuestro reino se ubica a los pies del Apelin, el monte que mi pueblo considera sagrado y que a veces duerme y a veces brama con la fuerza de un relámpago pregonando su magnificencia. En esta época ha estado dormido y por ello, hay paz en Carinto. Pero no fue así en el pasado, previo a la dinastía Alpino, antes que Umak Alpino fuera coronado primer rey humano de Carinto tras la rebelión de Akracar el rapaz, ocurrió algo que cambió la historia de Tahínus.

Me tomó muchos soles recopilar los testimonios de los que formaron parte de la historia que rememoramos con orgullo, tuve que recorrer grandes distancias y entrevistar gentes de distintas comarcas.

Nuestra leyenda tuvo su génesis  en una época de la cual hasta el tiempo se ha olvidado, hubo que hurgar en lo más recóndito de la memoria para sacar a la luz las verdades que hoy nos esmeramos en preservar para las futuras generaciones.

Inició en Carinto, mi ciudad natal. En aquel entonces los del clan de los Ubim, a quienes llamamos titanes, eran enemigos y nosotros los humanos vivíamos ocultos para sobrevivir. Eran tiempos difíciles y estuvimos al borde de la extinción, pero no nos anticipemos. Los invito a remontarnos a aquellos años en que los titanes dominaban Tahínus.

Comentarios

  1. Es intrigante el texto! Muy bueno y acuérdate de anotarme en la lista de lectores para cuando salga tu libro en julio. Me quedé con gusto a poco con "Los Peregrinos"...

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  2. Por supuesto, estimado amigo, dalo por hecho.

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  3. Karyen:

    Tilo, me encantó!!!!!! Me dejo con ganas de leer más y más!!!!! Bendiciones para usted en esto que esta emprendiendo y mucho éxito!!!

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  4. Muchas gracias, sobrina.
    Un abrazo.

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